El precio de la luz continúa subiendo año tras año y la energía es uno de los gastos fijos más difíciles de controlar para las familias. Sin embargo, existen pequeños gestos que puedes incorporar a tu rutina diaria y ayudarán a reducir tu consumo energético mientras contribuyes a cuidar del medioambiente:

ACCIONES PARA EL AHORRO ENERGÉTICO

  1. Aprovecha la luz natural. Enciende las luces solo cuando realmente las necesites, siempre que puedas mantén las persianas subidas. Si además trabajas desde casa, intenta situar tu zona de trabajo junto a una ventana, agradecerás trabajar con luz natural y supondrá un considerable ahorro energético.
  2. Apaga los aparatos que no estés utilizando. Los aparatos en stand-by siguen consumiendo energía si los dejas enchufados y pueden llegar a suponer hasta un 5% de la energía consumida en el hogar. Una solución sencilla es utilizar bases de conexión múltiples con un interruptor para evitar el consumo automático de los aparatos que no utilizamos.
  3. Controla la calefacción y abrígate. La calefacción y el agua caliente suponen el 60% de la energía consumida en casa. Si tu objetivo es reducir el consumo energético, es mejor ponerse algo de ropa que subir la calefacción. Piensa que con cada grado que bajes la temperatura del hogar u oficina, puedes ahorrar entre un 7% y un 11% en la factura de la luz.
  4. Utiliza bien tus electrodomésticos. La nevera, la lavadora y el lavavajillas suponen un 25% del consumo total. Puedes regular la temperatura del frigorífico y cargar al máximo la lavadora y el lavavajillas para lograr un mayor beneficio energético. Además, lavar la ropa en frío o con programas de temperaturas por debajo de los 60º puede hacerte ahorrar hasta un 40%.
  5. Ajusta potencia contratada a tus necesidades. Tener contratada mayor potencia de la que se necesita encarece la factura de la luz. Si nunca te han saltado los plomos, es posible que pueda optimizarse. Nuestros asesores energéticos pueden asesorarte sobre tu tarifa eléctrica actual y cuál es la mejor potencia acorde con tus necesidades. En GESE ofrecemos un servicio de estudio gratuito y propuesta de mejora para mostrarte cuánto y cómo podrías ahorrar.
  6. Elige electrodomésticos eficientes. Aunque su precio pueda ser más alto, a la larga, salen más baratos. A la hora comprar un electrodoméstico es recomendable elegir aquellos con etiquetas energéticas eficientes (A+, A++ o A+++). Un electrodoméstico de clase A consume un 70% menos de energía que uno de clase G.
  7. Mejora el aislamiento de tu hogar. Invertir en un buen aislamiento en ventanas y puertas ayudará a evitar pérdidas de calor, lo que puede suponer un ahorro energético de hasta un 30%.
  8. Ventila durante 10 minutos. Según los expertos, es tiempo suficiente para que el aire de la casa se renueve y evitar que todo el calor escape.
  9. Utiliza bombillas de bajo consumo. Consumen un 80% menos de energía, tienen una vida mucho más larga y emiten hasta un 75% menos de CO2.
  10. Ahorra mientras cocinas. Puedes utilizar tu cocina de manera inteligente aprovechando el calor residual o usar el horno para cocinar varios platos al mismo tiempo. Un gesto tan sencillo como utilizar la tapa al cocinar hará que el calor se mantenga y podrás reducir hasta un 25% el gasto de energía.

Todos los detalles suman si consumes energía de forma inteligente. Prestando un poco de atención y adoptando buenos hábitos podrás conseguir un ahorro energético de hasta un 20%.

Si todos adoptamos estos pequeños gestos, se traducirán en grandes beneficios para tu economía y para el medio ambiente. En Gese te podemos ayudar a encontrar el máximo ahorro posible en tu factura de la luz. Consúltanos sin compromiso.

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