El cierre de las centrales nucleares en España podría generar graves consecuencias en términos de estabilidad energética, con un aumento de precios y un posible desabastecimiento en momentos clave.
Recientemente, en una intervención en televisión, Diego Mateos, CEO de Gese, compartió su visión sobre las consecuencias del cierre de las centrales nucleares en España, un tema que está en el centro del debate energético europeo. Según Diego, si se cerraran las plantas nucleares, las repercusiones no serían menores. Afirmó:
«Si cerramos las centrales nucleares lo que va a ocurrir es que el precio de la energía va a subir, va a haber momentos en los que la demanda de energía va a ser superior a la generación, con lo cual habrá apagones.»
Numerosos expertos advierten sobre la vulnerabilidad del sistema energético si la nuclear desaparece. De hecho, en la región de Madrid, casi el 40% del consumo energético proviene de las centrales nucleares de Almaraz y Trillo. En este contexto, si se lleva a cabo el cierre de las centrales, los apagones se convertirían en una amenaza real, sobre todo en las grandes industrias, donde la paralización de la producción es una consecuencia directa de la falta de energía.
Aumento del coste
La desaparición de la energía nuclear no solo afectaría a la industria, sino que también tendría un fuerte impacto económico a nivel nacional. Si el sistema energético español prescindiera de las nucleares, el país se enfrentaría a un futuro donde las industrias y empresas no podrían prosperar, y podría verse amenazada la estabilidad del sector productivo. La sustitución de la energía nuclear por otras fuentes de generación, como el gas, incrementaría aún más la factura eléctrica para los ciudadanos y las empresas, algo que ya preocupa a muchos.
Por otro lado, es importante destacar que el sector del gas tiene claro que el cierre de las nucleares podría beneficiarlos. Si bien las energías renovables están en constante crecimiento, el gas sigue siendo un recurso crucial en momentos de alta demanda. Lo que llegado el momento genera la siguiente pregunta: ¿Terminaríamos cambiando energía nuclear por renovable o por gas?
Reflexión global
El calendario previsto se planteó hace una década, cuando se previó un desarrollo mayor en el sistema de almacenamiento de las renovables. Por ello,aunque las energías renovables son esenciales para el futuro sostenible del planeta, el proceso de transición hacia ellas debe ser cuidadosamente gestionado para evitar que los ciudadanos y las empresas sufran los efectos negativos de una desregulación energética precipitada.
Un ejemplo de esto es Bélgica, que decidió dar marcha atrás en su decisión de cerrar una de sus plantas nucleares. Esto demuestra que incluso en países con un fuerte compromiso con las energías limpias, la estabilidad del suministro energético sigue siendo una prioridad que requiere una planificación más a largo plazo.
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