Son varios los países europeos no han hecho caso a las recomendaciones del BCE y ya han anunciado medidas respecto a cómo van a ayudar a las familias más vulnerables a afrontar el invierno, ya que entramos en una época del año en la que los consumos de gas y electricidad se disparan.

Cuando se le pregunta sobre cuál es la situación del mercado del gas y de las energías renovables en general, nuestro director general Diego Mateos explica que nos encontramos en un escenario de  sobreabastecimiento de gas. A finales de verano se produjo una sobrecompra para poder abastecer la demanda de gas que pudiera darse en otoño, pero a causa del buen clima los niveles de almacenamiento no han descendido. Esta situación ha supuesto que el precio del gas haya descendido considerablemente; pasando de los 350€/MWh que teníamos hace unos meses, a los 100€-150€ actuales.

Nuestro CEO ha señalado que el factor clave que determinará el precio de la energía no es el gas, sino la actividad económica global: “Si Europa entra ahora en una recesión, el precio de la energía se va a desplomar”. Diego, como experto energético, recomienda cambiar la formulación del precio de la energía eléctrica. De ser así, “tendríamos unos costes energéticos muchísimo más bajos”, que es lo que ha sucedido al implantar la excepción ibérica. El problema de esta medida es que algunos países pueden salir beneficiados, mientras que otros pueden salir perjudicados.

El encarecimiento del diésel aumenta la crisis energética en Europa

La Agencia Internacional de la Energía ha puesto en preaviso a los países europeos sobre la crisis energética que van a experimentar. En palabras de nuestro CEO, “las medidas de transición energética que debían suprimir los combustibles fósiles de manera rápida, nos están llevando a que no estemos preparados y que los combustibles que necesitamos sean mucho más caros.”

En relación a esta próxima crisis energética, también surge la problemática de los coches eléctricos. Para el año 2035 todos los automóviles deberán funcionar a base de electricidad. Esto significa que las petrolíferas han comenzado a reducir su producción de diésel porque en un futuro estará prohibida su venta. Por ello, Diego aconseja que se recule respecto esta decisión, ya que “podríamos sufrir unos precios de energía muy altos en los próximos años”.

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