Europa se enfrenta a un panorama energético complejo, marcado por la reducción de la dependencia del gas ruso y la creciente influencia de Estados Unidos en el suministro de gas natural licuado (GNL). La situación se complica aún más con la inminente interrupción del suministro de gas ruso, lo que obliga a Europa a buscar alternativas, entre ellas el GNL estadounidense, que resulta ser mucho más caro.

En una reciente entrevista en Negocios TV, Diego Mateos, CEO de Gese, analizó las políticas energéticas de Europa frente a la presión de Donald Trump sobre el continente y las tensiones que afectan a los precios de la energía y a la competitividad económica de los países europeos debido al impacto de la guerra en Ucrania.

La dependencia de gas ruso y la alternativa estadounidense

Europa ha estado buscando reducir su dependencia del gas ruso, un recurso que, hasta hace poco, representaba una parte significativa del suministro energético del continente. Esta decisión se aceleró tras el inicio de la guerra en Ucrania, cuando Rusia empezó a usar el suministro de gas como una herramienta de presión geopolítica. Sin embargo, la alternativa que Europa ha encontrado no es tan sencilla ni económica. El gas natural licuado (GNL), que proviene de países como Estados Unidos, es considerablemente más caro que el gas que se transporta por gasoductos.

Según Diego Mateos, «sabíamos que esto iba a ocurrir. La necesidad de dejar de depender del gas ruso nos ha llevado a depender ahora del gas estadounidense, que, aunque necesario, es mucho más caro. Y Estados Unidos va a negociar muy duro con Europa, porque el gas es una parte crucial de su economía». La afirmación refleja cómo Estados Unidos, al convertirse en uno de los mayores exportadores de GNL del mundo, ha visto una oportunidad para fortalecer su influencia sobre Europa, utilizando el gas como moneda de cambio en sus relaciones comerciales y políticas.

El corte del gas Ruso: ¿Una amenaza para Europa?

La situación se complica aún más con la noticia de que, a partir del 1 de enero, Ucrania cortará el suministro de gas ruso que pasa por su territorio, lo que afectará gravemente a Europa, que históricamente ha dependido de ese gas a través del gasoducto. Según el entrevistado, «no nos queda otra opción que comprar más GNL, y eso hará que los precios suban aún más, ya que la demanda será mayor»
Esto podría desencadenar un aumento significativo en los costes energéticos, lo que afectaría la competitividad económica de Europa en su conjunto.

A pesar de la creciente presión por diversificar las fuentes de gas, el nuestro experto energético, considera que Europa ha tomado decisiones políticas que han dificultado una verdadera diversificación. «Hemos pasado de la practicidad a la ideología«, señala, refiriéndose a la actitud de Europa hacia la reducción de su dependencia de Rusia y pasar al estadounidense.

La diversificación energética: Una necesidad urgente

En cuanto a las políticas de diversificación energética, Mateos afirma que, aunque Europa ha intentado diversificar sus fuentes de energía, las decisiones tomadas hasta ahora han sido insuficientes. La Unión Europea no ha avanzado en la construcción de infraestructuras alternativas que reduzcan su dependencia tanto de Rusia como de Estados Unidos. «De haberse apostado por una diversificación más equilibrada, podríamos haber evitado depender tanto de Rusia y Estados Unidos», señalando que la construcción de infraestructuras de gasoductos es una tarea compleja y costosa, pero a largo plazo, sería una inversión más rentable para Europa.

Los aranceles y el impacto económico en Europa

Con la creciente dependencia de los hidrocarburos estadounidenses, la posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles a los productos energéticos europeos parece cada vez más probable. Nuestro SEO advierte que «aunque Europa compre gas y petróleo a Estados Unidos, eso seguramente no nos exima de los aranceles», ya que Trump y su administración tienen sus propios intereses económicos. Al final, Europa se encuentra atrapada entre las presiones de Rusia y Estados Unidos, sin muchas alternativas que le permitan mantener una posición competitiva en los mercados globales.

Ante esta situación de incertidumbre energética en Europa, es necesario tomar decisiones clave y conseguir adaptarse a los cambios en el sector energético. Desde GESE, monitoreamos continuamente la situación del mercado energético para ofrecer a nuestros clientes la mejor tarifa y servicios en un mercado tan volátil.

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